Prepara una crema de calabaza cremosa y aterciopelada, enriquecida con leche y acompañada de pan tostado crujiente. Perfecta como primer plato reconfortante durante las frías noches de otoño o como elegante aperitivo. Agrega un toque de nuez moscada recién rallada o semillas de calabaza tostadas para intensificar el sabor otoñal.
Comienza limpiando la calabaza, quitando la piel y las semillas, y cortándola en trozos no muy grandes.
Derrite la mantequilla en una cacerola grande a fuego medio.
Agrega los trozos de calabaza a la cacerola con la mantequilla derretida y déjalos saborear durante unos minutos, revolviendo de vez en cuando.
Salpica ligeramente la calabaza y luego agrega un poco de agua, lo justo para evitar que se pegue al fondo de la olla.
Cubre la cacerola con una tapa y deja cocinar la calabaza durante unos 30 minutos, hasta que esté suave y se deshaga fácilmente.
Una vez que la calabaza esté cocida, pásala a la licuadora o usa una batidora de mano directamente en la cacerola para convertirla en crema.
Agrega la leche previamente calentada a la mezcla de calabaza y bate hasta que quede suave y homogénea.
Ajusta la sal si es necesario y calienta la crema a fuego lento durante unos minutos antes de servir.
Sirve la crema caliente acompañada de crujientes rebanadas de pan de pueblo tostado.
Notas
Para un toque original, agrega una pizca de nuez moscada recién rallada o semillas de calabaza tostadas encima de cada porción antes de servir para agregarle crujiente y un sabor otoñal más intenso.
Autor: Tips4Food
Calorías: 250kcal
Plato: Primer Plato
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